Génova es una de las ciudades más antiguas de nuestro planeta. Pero además de su valor histórico, Génova tiene un entorno increíblemente pintoresco, que se complementa con increíbles monumentos arquitectónicos, coloridas instituciones y hermosas playas.
En el corazón histórico de la ciudad se encuentra la antigua Catedral de San Lorenzo (Duomo). Este es el principal sitio de culto de Génova, que es una verdadera obra maestra de la arquitectura gótico-románica. Sus fachadas están revestidas de mármol blanco y oscuro, y la elegante decoración recuerda la antigua grandeza del antiguo estado marítimo.
La construcción de la catedral de Génova comenzó en el siglo XI. Pero el templo se completó solo 100 años después. Es por eso que aquí se combinan tan hábilmente las direcciones más diferentes de la arquitectura de culto: estilos gótico, románico y manierista. Se hacen eco de las lujosas fachadas e interiores. Están decoradas con elaborados frescos. Y el santuario más importante es el famoso Grial, del que bebió Jesús en la Última Cena.
Además de las vistas antiguas, los objetos relativamente nuevos también son capaces de capturar la imaginación. Entonces, en el puerto genovés, una estructura inusual sobresale del agua, que recuerda a una enorme grúa elegante. El edificio se llama "Bigo" y es un ascensor panorámico único. Fue diseñado por el famoso arquitecto Renzo Piano, quien es el autor del ingenioso acuario genovés.
Bigo puede girar 360 grados, lo que proporciona una vista amplia del puerto y otras partes de la ciudad. La cabina tiene un sistema de audio incorporado con guía turística.
Otro lugar famoso en Génova es el Palazzi dei Rolli. Es un enorme complejo, que incluye 42 edificios palaciegos, edificios de los siglos XVI-XVIII. Se convirtió en el primer ejemplo de desarrollo urbano centralizado. Cada uno de los palacios tiene un diseño único, pero los 42 edificios están hechos con el mismo estilo. El complejo está incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Definitivamente debe visitar la histórica calle Garibaldi, cuyo nombre ha cambiado a lo largo de los siglos. Un paseo por esta pintoresca arteria será una continuación lógica de su visita al complejo del palacio.
Otra calle recomendada para la inspección es la de San Lorenzo, que solo llega a la catedral del mismo nombre, descrita anteriormente. Muy cerca se encuentra el interesante templo de los santos Ambrogio y Andrea, que también es de valor religioso e histórico.