La ciudad de Vilna es una encarnación de la destacada historia y cultura original de toda Lituania. La capital de su estado, capaz de sorprender incluso a los viajeros experimentados hasta el corazón. Las fachadas de sus edificios antiguos reflejan siglos. Cada calle guarda su leyenda y memoria de los grandes acontecimientos del pasado. Vilnius moderno, a pesar de toda la destrucción que sufrió en las diferentes etapas de su larga historia, es uno de los mayores centros culturales y de negocios de los Estados Bálticos y Europa, atractivo para turistas e inversores. El verdadero patrimonio de esta ciudad multifacética es, por supuesto, la arquitectura antigua. Uno de los edificios más antiguos de Vilna, la Torre de Gediminas, que lleva el nombre del Gran Duque de Lituania, es un fragmento sobreviviente de una poderosa fortaleza que protegió a Vilna de los enemigos. Dentro de la torre, en estos días hay exhibiciones que cuentan sobre la historia de la ciudad. La atracción más importante de la capital lituana es la puerta de la ciudad: Sharp Brahma, coronada por la capilla de la Madre de Dios, construida en el siglo XVI. Un gran número de peregrinos de diferentes países vienen a este lugar cada año. Otro hermoso edificio religioso en Vilna, que definitivamente vale la pena ver, es la Catedral, que, según muchas opiniones, fue construida en el sitio de un antiguo templo pagano. Una interesante colección de exhibiciones del museo histórico se almacena en la parte subterránea del edificio. La arquitectura gótica absolutamente increíble tiene la iglesia de Santa Ana. Es este monumento de la arquitectura católica el símbolo de Vilna. Un hecho interesante es que las fachadas del edificio están hechas de 33 tipos de ladrillos. Otro de los principales santuarios de la capital lituana, la Iglesia de Pedro y Pablo, fue construida en la Edad Media en el sitio de una de madera. Por supuesto, su decoración interior merece especial atención. Como en muchas ciudades medievales de Europa, en Vilna también hay su propio ayuntamiento, que se encuentra en su parte histórica. A pesar de su avanzada edad, más de cinco siglos, esta colorida estructura se conserva perfectamente hasta nuestros días y se considera un símbolo de la vida cultural de toda la capital. Un paseo inusualmente romántico y fotografías vívidas prometen el barrio Uzupis. Además de las casas antiguas, también es interesante el hecho de que esta región vive bajo su propia legislación y es administrada por un presidente autónomo. Incluso tiene su propio ejército. Y esta región-estado tiene más de 700 años.