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Abu Dhabi es uno de los destinos más lujosos de nuestro planeta. Y esto no es de extrañar. Después de todo, siendo la capital del estado, sobre la que cayeron repentinamente recursos naturales inauditos, es imposible no sorprender a todos los que lo rodean con su grandeza y belleza.
Abu Dhabi se considera no solo el centro administrativo, sino también cultural del estado. La abundancia de sus atracciones puede volver la cabeza incluso de viajeros experimentados. Por lo tanto, vale la pena pensar en la ruta con anticipación para aquellos lugares y objetos que sean más interesantes.
La Gran Mezquita Sheikh Zayed tiene un aspecto fabuloso. Sus cúpulas y minaretes se elevan sobre exuberantes jardines y son visibles desde los pasajes que unen la isla con el continente. Este templo se ha convertido en un símbolo de la capital árabe.
La estructura tiene cuatro minaretes, cada uno de los cuales alcanza los 107 metros. El templo está coronado con 80 cúpulas de mármol blanco, que están sostenidas por 1000 columnas. El edificio se considera una obra maestra de la arquitectura religiosa islámica. También es agradable que este sea uno de los pocos templos musulmanes que están abiertos a la visita de representantes de otras religiones.
La mezquita ofrece visitas guiadas gratuitas en inglés y árabe. Durante una caminata guiada, puede aprender los conceptos básicos del Islam, así como las peculiaridades de la construcción de una mezquita.
Otra estructura impresionante es el Louvre Abu Dhabi. Fue construido por el destacado arquitecto Jean Nouvel. Alberga una colección única de obras de arte, desde la antigüedad hasta la actualidad. La colección se encuentra en 12 galerías. Al mismo tiempo, las obras se agrupan por temas y períodos históricos, y no por países. Gracias a esto, los visitantes tienen una oportunidad única de viajar a través de una variedad de civilizaciones del mundo, sin barreras nacionales o geográficas.
Los visitantes del museo pueden ver las combinaciones más inesperadas. Entonces, por ejemplo, en la misma habitación puedes encontrar un dragón de bronce chino, que se encuentra al lado del arquero persa de la época aqueménida. O la cabeza de bronce del emperador de Benin, que se encuentra junto a las muestras de pintura francesa o italiana.
El punto culminante de la colección es la estatua más antigua de Ain Ghazal, que data del séptimo milenio antes de Cristo. Y también una estatuilla de la hija de los gobernantes bactrianos, cuya edad es de más de 5 mil años. Aquí también puede ver una escultura de piedra del príncipe Gudea, que perteneció a la dinastía que gobernaba la ciudad-estado de Lagash, donde ahora se encuentra Irak.
También será de interés un fragmento de la decoración decorativa de una estupa budista del siglo II, una estatua de bronce de un león del mismo período histórico, así como pinturas de Picasso, Joan Miró, Mark Rothko.