La cámara web en vivo transmite una vista del estadio deportivo en la ciudad de Pitkäranta. La ciudad de Pitkyaranta se extiende en una estrecha franja a lo largo de la orilla noreste del lago Ladoga. La región de Pitkyaranta dentro del territorio actual se formó el 26 de diciembre de 1966 con el centro en la ciudad de Pitkyaranta.
Una de las ciudades más bellas y ricas en historia de Karelia es Pitkyaranta. Fue fundada en 1966, el nombre significa "costa larga" en finlandés. El territorio en el que se encuentra fue habitado por tribus de cazadores y pescadores hace ocho mil años, y desde finales del siglo XI vivía aquí la antigua población de Korela. Se han conservado 24 monumentos de aquella época, que se pueden ver en la costa y en los acantilados de la zona de Ladoga.
La primera mención del pueblo, que antes se llamaba Kondushi, se remonta a 1500, luego constaba de solo tres patios con una población de 30 personas, pero después de 150 años había 7 patios, y el número de habitantes aumentó a 50. La mayor parte del territorio era tierra de cultivo, la caza, como forma de obtener alimentos, se desvaneció en un segundo plano.
A principios del siglo XVII, los invasores suecos llegaron a esta tierra; el sitio histórico más antiguo de la región, la piedra Varashev, establecida como señal fronteriza entre Rusia y Suecia en 1918, está asociada a su presencia. Después de la derrota de Suecia en la Guerra del Norte, Pitkäranta regresó a las tierras rusas. Pero en 1812, por decreto de Alejandro I, pasó al Gran Ducado de Finlandia, la ciudad nuevamente se convirtió en territorio ruso solo en 1940. Pitkyaranta ganó fama gracias a los científicos: metalúrgicos, geólogos y mineros. Hablaron de una piedra de Almadine de color mora inusual, encontraron cobre y mineral de estaño. Una tras otra, comenzaron a construirse plantas para la extracción y procesamiento de mineral, y después de ellas apareció una fábrica de vidrio, cuyos productos eran famosos por su especial resistencia y calidad no peor que el nivel europeo. Las minas operaron hasta mediados del siglo XX, pero sus restos pueden verse hoy.